Cómo prevenir y tratar los sarpullidos en el cuello de los bebés

Escrito por Rebecca Gilbert ; July 18, 2017
Brand X Pictures/Brand X Pictures/Getty Images

En un momento o en otro, tu bebé tendrá un sarpullido, ya sea en su cuello o en otra parte de su pequeño cuerpo. Conocer cómo reconocer y tratar los sarpullidos de tu hijo te dará tranquilidad y, seguramente, harás una visita menos a tu pediatra. La mayoría de los sarpullidos alrededor del cuello de tu bebé, no son asunto serio, pero si sospechas que puede haber una infección u otros síntomas graves, consulta con tu médico.

Identificar el sarpullido

La identificación visual del sarpullido alrededor del cuello de tu bebe, acelera el tratamiento y el proceso de recuperación. A menudo, el sarpullido desaparece solo, pero, en algunos casos, ayuda saber si éste requiere de medicación o de una visita al médico. El sarpullido por fiebre miliar y el acné neonatal se observan como granitos sobre la piel. Otras afecciones como costra láctea, eccemas e infecciones micóticas aparecen como sarpullido de color rojo y piel descamada. Otras condiciones, como el picotazo de cigüeña o parche de salmón se manifiestan a través de un sarpullido que desaparece sólo con el tiempo y son, simplemente, pequeños vasos sanguíneos cerca de la superficie de la piel.

Tratar el sarpullido

Una vez que has identificado el sarpullido, comienza con el tratamiento adecuado. Una infección micótica o producida por un hongo, requerirá de una medicación recetada por tu médico luego del diagnóstico. Los polvos de fécula de maíz son una opción discutible para tratar rápidamente los sarpullidos, pero debes asegurarte de que tu hijo nunca inhale el polvo mientras se lo colocas. Los eccemas, aunque no se encuentran generalmente en el cuello, requerirán una reducción en la frecuencia del baño, loción suave y posiblemente, una crema esteroide recetada en los casos más difíciles. La vaselina o el aceite para bebés, colocadas sobre la piel del bebé antes del baño, ayudará a aflojar y remover los restos de piel seca del cuello y la zona de la cabeza.

Prevenir el sarpullido

Si bien algunos sarpullidos no pueden ser prevenidos sin importar qué medidas tomes, como es el caso de los picotazos de cigüeña y el acné neonatal, existen algunas medidas que puedes tomar para evitar que tu bebé sufra de los sarpullidos más comunes. Mantener a tu hijo fresco y seco ayuda a prevenir el sarpullido de calor que se produce alrededor del cuello. En climas calurosos, puedes optar por una toalla fresca para mantener la zona limpia y seca. Viste a tu bebé con prendas secas y sueltas, y cámbialas frecuentemente. Las prendas de vestir se ensucian y humedecen. Las cremas para el pañal, la fécula de maíz y hasta el babero pueden ayudar a prevenir los sarpullidos alrededor del cuello.

Cuándo consultar con el médico

Un recién nacido requiere de un cuidado especial cuando se presenta un sarpullido. Si observas un sarpullido acompañado de fiebre, si tu bebé está letárgico o tiene tos, debes consultar a tu médico. La mayoría de los sarpullidos que tiene tu bebé no son asuntos graves, pero, si observas ampollas con pus o petequia, consulta inmediatamente con tu médico sobre estos síntomas. La petequia es una condición que se presenta con puntos de color rojo o púrpura que, al presionarlos, no desaparecen. La presencia de pus en ampollas puede indicar infección bacteriana que requiere de tratamiento inmediato. Si tu bebé tiene un sarpullido y crees que no está respondiendo correctamente, habla con tu pediatra para descartar problemas serios o recibir medicación recetada.

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