Avena y cetosis

Escrito por Aglaee Jacob ; May 10, 2017
Jupiterimages/Creatas/Getty Images

La mayoría de los estadounidenses no están en cetosis y, debido a su dieta moderada o alta en carbohidratos, queman azúcar como su principal fuente de energía. La cetosis es un estado metabólico alternativo en el que el cuerpo utiliza la grasa, tanto de tu dieta y tus reservas de grasa corporal, así como las cetonas, un subproducto de la quema de grasa, para obtener energía. Si quieres estar en cetosis para hacer más fácil la pérdida de grasa, tendrás que reducir tu consumo de hidratos de carbono, especialmente los azúcares, las frutas, las patatas y los cereales como la avena. Aunque la cetosis no es peligrosa y no debe confundirse con cetoacidosis, consulta a tu médico antes de iniciar cualquier nuevo programa dietético.

Información nutricional de la avena

La avena es el grano del que se hace la harina de avena y al igual que todos los granos, son ricos en hidratos de carbono. Por ejemplo, una porción de 1/2 taza de copos de avena secos proporcionan 29 g de hidratos de carbono y 4,8 g de fibra, mientras que un paquete de avena instantánea contiene azúcar y aromas añadidos y contienen un promedio de 33 g de carbohidratos y 2,8 g de fibra, de acuerdo USDA National Nutrient Database. La mayoría de los estadounidenses consumen la harina de avena con azúcar, que contiene 12 g extra de carbohidratos por cucharada, el yogur, que contiene entre 15 y 30 g por 1/2 taza o las frutas secas, que contienen alrededor de 15 a 30 g por cucharada, haciendo la avena una comida o aperitivo rico en hidratos de carbono.

Carbohidratos y cetosis

Para estar en cetosis, la mayoría de las personas tienen que restringir su ingesta diaria de carbohidratos por debajo de 50 g al día, aunque algunas personas pueden necesitar ser aún más restrictivas. Aunque la avena es rica en hidratos de carbono, puedes incluirla en tu dieta y mantenerte en cetosis si cuentas los carbohidratos y los mantienes por debajo de este umbral. La mejor manera de confirmar que tu cuerpo está en cetosis es controlando la orina con varas cetónicas. Si tu dispositivo de cetona cambia de color, indica la presencia de cetonas en la orina y confirma que estás en un estado cetogénico.

Eliminar otros alimentos ricos en carbohidratos

Si realmente quieres mantener la harina de avena en tu dieta cetogénica, es muy importante que elimines todos los otros alimentos ricos en carbohidratos de tu dieta para evitar consumir demasiados carbohidratos. Evita todos los otros granos, como pasta, arroz, cuscús, pan y galletas, vegetales con almidón, como las papas, el maíz y los guisantes, frutas, leche, yogur, bebidas azucaradas, dulces y postres. La mayoría de los carbohidratos deben provenir de las verduras sin almidón, que son la mejor fuente de algunas vitaminas, minerales y fibra en tu dieta cetogénica. Si restringes los alimentos ricos en carbohidratos, puedes incluir una cantidad limitada de harina de avena. Acomoda los carbohidratos para asegurarte de no exceder 50 g de carbohidratos al día.

Régimen de comidas cetogénica con avena

Si quieres consumir harina de avena para el desayuno, toma una pequeña cantidad: de 1/4 a 1/2 taza medidos en seco, que contenga alrededor de 12 a 24 g de hidratos de carbono disponibles. Elige la avena tradicional, porque las escamas más grandes se digieren más lentamente y te ayudará a mantener tus niveles de azúcar en la sangre más estables. Evita la harina de avena con sabor que contiene azúcar debido a su mayor contenido de hidratos de carbono. Prepara tu avena con agua. Evita endulzar tu avena y más bien, sirve tu plato de avena con queso cottage y una cucharada de mantequilla de almendra o maní. Añade canela para darle un toque de dulzura y tu harina de avena contendrá un total de 15 a 30 g de hidratos de carbono, dependiendo del tamaño de la porción que elegiste. Completa tu desayuno con unos huevos revueltos con queso y espinacas, si aun tienes hambre. Basa tus otras comidas en verduras sin almidón, como el brócoli, verduras de hoja verde y pimiento rojo; proteínas de pollo, pescado o carne, y grasas, a partir de aceite de oliva, mantequilla, crema, mayonesa o aguacate.

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