Cómo tratar con niños groseros y arrogantes

Cuando tu ejemplo de los buenos modales no resuelve el problema, la disciplina tendrá que funcionar.

Darrin Klimek/Digital Vision/Getty Images

Los niños no son perfectos. A pesar de tus mejores esfuerzos para enseñarles buenos modales, no es inusual atrapar a los tuyos respondiéndote en un tono arrogante o en un lenguaje grosero. Está bien que cometan errores, pero eso no significa que el comportamiento sea aceptable. Dar un buen ejemplo de comportamiento cortés puede ayudar al niño a comprender que su comportamiento grosero y arrogante no es deseable, pero a veces un buen ejemplo es suficiente. A veces otros medios de cambio de rudeza o comportamiento insolente indeseables son más eficaces y necesarios.

"Enseña a tu hijo buenos modales básicos", recomienda el pediatra Perri Klass, pH.d., en un artículo para el New York Times. El Dr. Klass recomienda que los padres sigan los consejos del libro de Judith Martin, “Miss Manners’ Guide to Rearing Perfect Children” (Guía de la Señorita Modales para Criar Hijos Perfectos". El enfoque de Martin implica enseñar a tu hijo que, aunque no tiene que agradarle a todos, todavía tiene que tratarlos con respeto. Además, explica que está bien tener aversión por la gente o estar enojado con la gente mientras no actúes en consecuencia. Tus pensamientos son privados. La manera en que una persona se comporta, sin embargo, es pública, y es importante que a los niños se les enseñe la diferencia.

Disciplina a tu hijo con el comportamiento grosero o insolente a través de pequeños castigos, informa Kids Health. Por ejemplo, si castigas a tu hijo durante un mes porque estaba contestando, es menos probable que aprenda una lección o cambie su comportamiento porque su opinión es que no tiene nada que perder.

Habla con tu hijo sobre las consecuencias de su comportamiento grosero y arrogante para que sepa lo que puede esperar si sigue comportándose de esta manera. Según la American Academy of Pediatrics (Academia estadounidense de Pediatría), una buena forma de castigo es retener los privilegios de tu hijo. Por ejemplo, privarle de ver la televisión durante el resto del día, no dejarle salir con sus amigos a jugar el próximo fin de semana o no permitirle asistir a una fiesta de cumpleaños o a un evento de la escuela.

Utiliza consecuencias naturales siempre que sea posible, informa Kids Health. Las consecuencias naturales son las consecuencias negativas del comportamiento de tu hijo y se aplican a ser grosero y arrogante. Por ejemplo, si el comportamiento de tu hijo viene en forma de decir que no está haciendo su tarea y no puedes convencerlo de hacerla, que no lo haga. Déjalo sufrir las malas notas y la decepción de su maestro. Este tipo de consecuencia natural podría continuar afectándole durante un largo periodo de tiempo, lo que realmente le enseñará una lección. Por ejemplo, si tienes una regla que diga que tiene que mantener sus calificaciones y su decisión de no hacer su tarea provoca que baje su nota, tiene que sufrir la consecuencia adicional que tú impones por las malas notas. Además, muchas escuelas prohíben que los niños participen en divertidas actividades como deportes y clubes si no mantienen un promedio específico y su decisión de no hacer su tarea podría resultar en la consecuencia adicional de ser eliminado de su equipo favorito.

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