Costurera

Los puestos de trabajo para las mujeres fueron más limitados durante el período del Renacimiento de lo que son hoy. Coser y hacer telas eran dos sectores que comprendía la mayoría de las mujeres. La confección de telas incluía hilar las fibras como la lana o el algodón y luego tejer con el hilo en telares. La costura incluía el tejido y el bordado de tela para crear prendas para vestir y vender.

Partera

Otro trabajo común para las mujeres durante el Renacimiento era el trabajar como partera. Ayudar a las mujeres embarazadas durante el embarazo y ayudar a dar a luz se encontraba entre los deberes de una partera. Las mujeres más jóvenes podían trabajar en la misma área como nodrizas. Las nodrizas participan proporcionándoles a los bebés la leche y los nutrientes si la madre moría al dar a luz o cuando no podía producir leche. También funcionaba como una niñera para las mujeres ricas que no deseaban cuidar a sus hijos por sí mismas.

Granjeros

La agricultura fue un trabajo constante y era llevado a cabo en parte tanto por los hombres como por las mujeres. Los campesinos que eran más bajos en la escala económica trabajaban para sembrar y cosechar granos con los que alimentaban a sus familias y también trabajaban para hacer una producción extra para vender. Los hombres trabajaban en los campos la labranza, la siembra y el cuidado de los animales, mientras que las mujeres, por lo general, trabajan para conservar y preparar los alimentos cultivados.

Corredores

Los corredores que trabajan en la Italia del Renacimiento hacían una buena cantidad de dinero trabajando para el intercambio de regalos entre las partes, creando pactos, organizando préstamos y arreglando matrimonios. Los mediadores trabajaban como intermediarios para las partes interesadas con el fin de negociar trueques y hacer tratos de ofertas por bienes y servicios. Trabajaban haciendo el papel de un tercero neutral con el fin de dar asesoramiento y consejo a aquellos que estaban dispuestos a pagar por ello.

Artistas

Los artistas trabajaban en todo tipo de ocupaciones, desde hacer obras de arte en pinturas hasta trabajar el cuero creando bolsos, cinturones y prendas de vestir. Un aprendiz que trabajaba para un artista bien conocido con el fin de aprender el oficio, conseguía los suministros para el artista, hacía el mantenimiento del espacio de la casa y del trabajo y aprendía a través del ejemplo. Por lo general, los artistas eran hombres jóvenes y la mujer podía comenzar a aprender el oficio a través de un familiar o amigo cercano. Después del trabajo diligente y de la paciencia, al aprendiz se le daba la oportunidad de utilizar los materiales del artista para crear sus propias obras.