Cómo lograr que un adolescente se interese en la iglesia

Anímalo a tu hijo a adorar en la iglesia contigo.

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Convencerlo a tu adolescente para que vaya a la iglesia puede ser un desafío. Tal vez fue contigo cuando era más pequeño, pero ahora siente que es grande para ir. No es raro que los adolescentes sientan que la iglesia no tiene relevancia en sus vidas, o que ir a la iglesia es algo anticuado y sólo para los mayores. Puedes exigirle que vaya, pero te arriesgas a generar una batalla de poderes. Quizás, una estrategia más relajada funcione mejor. La mejor manera de comenzar es yendo regularmente tú mismo a la iglesia para darle el ejemplo a tu hijo.

Investiga qué programas o clases tiene tu iglesia que puedan gustarle a tu hijo. Por ejemplo, ¿hay un coro de jóvenes? ¿La iglesia incorpora música de adoración actual a los himnos tradicionales? ¿Existen lugares para que tu hijo sirva en misiones o proyectos de compromiso con la comunidad? ¿Hay una clase de jóvenes que enseñe sobre la Biblia? Si tu hijo acepta ir a la iglesia contigo, éstas cosas lo ayudarán a decidir regresar.

Haz hincapié en los aspectos positivos de la iglesia. Cuéntale sobre los grupos de jóvenes de la iglesia y de las actividades diversas que tiene en su programa. Si tu hijo adolescente no conoce a mucha gente de la iglesia, explícale que formando parte de los grupos y participando de las actividades tendrá la oportunidad de conocer a los demás adolescentes y hacer nuevas amistades.

Preséntale tu hijo al pastor. Tal vez sea buena idea invitar al pastor a cenar a tu casa. Conocer al pastor dentro de un ámbito familiar puede hacer que tu hijo esté más dispuesto a ir a la iglesia, aunque sólo fuera por escuchar lo que diga en un sermón. Si es posible, haz planes para que tu hijo hable con el líder de jóvenes de la iglesia. Él podrá explicarle de qué se tratan los programas juveniles; y tal vez despierte el interés de tu hijo y lo haga sentir lo suficientemente cómodo como para que quiera asistir.

Consigue que tu hijo haga un compromiso a corto plazo. Pídele que asista a la iglesia por un mes, que escuche los sermones del pastor y participe de los programas juveniles. Con suerte, conocerá a otros adolescentes o hará una conexión con un miembro del personal de la iglesia que lo motivará a seguir asistiendo.

Habla con tu hijo sobre las razones por las que tú vas a la iglesia. Cuéntale sobre los beneficios espirituales que recibes al aprender sobre la Biblia y orar con otras personas que comparten tus mismas creencias. Admite que hay veces que te sientes cansado y que preferirías quedarte en casa, pero que priorizas la iglesia en tu vida porque te beneficia emocionalmente y espiritualmente. Ayúdale a tu hijo a comprender que ir a la iglesia juntos puede ayudar a fortalecer a la familia, lo que es un factor importante cuando los miembros de la familia tienen rutinas ajetreadas que limitan la interacción en el hogar juntos.

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