Cómo ganar el respeto de los hijos adultos

Pasa tiempo simplemente hablando y riendo con los hijos adultos.

Jochen Sand/Digital Vision/Getty Images

La vida era probablemente más sencilla cuando tus hijos eran pequeños. Les decías a que hora ir a la cama y a veces escuchaban. Les besabas sus rodillas peladas y te adoraban. A medida que tus hijos salen de la adolescencia y entran en la adultez, sin embargo, tu relación debe transformarse para reflejar su creciente independencia y, en algunos casos, tu dependencia cada vez mayor. Recuerda, tu eres siempre el padre y tomas un papel de liderazgo en la orientación de su relación adulta. Sin embargo, esta relación es una colaboración que requiere la escucha activa y un toque suave.

Establece límites saludables con tus hijos. Amas el ser una abuela pero no deseas cuidar niños todos los días. Está bien decirlo. Habla acerca de cuánto tiempo deseas pasar juntos y cómo quieres pasar ese tiempo. Respeta que tus hijos adultos necesitan tiempo y privacidad, aconseja la American Association for Retired Persons.

Comunícate de manera positiva y no des consejos a menos que te los pidan. En general, habla con tus hijos de la manera que lo harías con un amigo o colega de confianza. Si un comentario o consejo sería inapropiado para un amigo, es probable que no debas decírselo a tu hijo adulto. Comparte las noticias sobre tu vida con tu hijo e incluso pídele consejo en ocasiones, de acuerdo con Women's Voices for Change.

Muestra respeto por tu hijo adulto. Cuanto más respeto muestras, es más probable que tu hijo lo devuelva. Por ejemplo, cuando estés cuidando a un nieto, está dispuesto a cumplir con los deseos de crianza de los padres. Claro, tu hijo no lo cría como tu pero es probable que tú tampoco hiciste todo en la forma en que tus padres lo hicieron. Respetando las opiniones y preferencias de tu hijo es como construyes la confianza y pavimentas el camino para una relación adulta respetuosa.

Participa en actividades agradables juntos. Encuentra algunos intereses comunes que puedan acercarlos. Ir a un evento deportivo o a comer. Asistir al teatro o tomar una clase. Alquilar una cabaña para el fin de semana y una escapada. El punto es divertirse y desarrollar una verdadera intimidad con tu hijo adulto.

Encuentra tus propios intereses y actividades. Toma clases de yoga o jardinería, únete a un club de lectura, retoma la escuela o aprende un deporte. Tus hijos adultos van a respetar y apreciar tu disposición a probar nuevas actividades. Cuando tienes tus propios intereses hay más probabilidades de establecer y mantener límites saludables con tus hijos.

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