Cómo esterilizar los mordedores llenos de agua

Los mordedores llenos de agua se pueden fundir a altas temperaturas.

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Cuando almacenas en el refrigerador o en el congelador los mordedores llenos de agua, el líquido de adentro se vuelve frío lo que ayuda a calmar y adormecer las encías de tu bebé para aliviar los síntomas de la dentición. Desafortunadamente, los mordedores llenos de agua son más difíciles de esterilizar que los anillos de dentición estándar. Usa agua al menos a 180 °F (82.2 °C) o tabletas esterilizantes comerciales para limpiar los anillos de dentición de tu bebé. Cuando tu niño cumpla seis meses de edad, tu médico te puede dar el visto bueno para dejar de esterilizarlos con la condición de que no sufra de problemas inmunológicos u otras condiciones de salud.

Lee las instrucciones de esterilización en el envase de tu mordedor lleno de agua. Aunque algunos anillos están diseñados para soportar procedimientos de esterilización normales otros pueden requerir un cuidado especial.

Lava el mordedor lleno de agua con agua jabonosa caliente y enjuágalo muy bien. Usa un cepillo de botella para eliminar cualquier alimento endurecido o leche que no se lave fácilmente.

Coloca el anillo de dentición en una cesta de esterilización y esterílizalo la próxima vez que uses el lavavajillas. Asegúrate de que el mordedor quede seguro dentro de la canasta y no se caiga mientras tu lavavajillas está en funcionamiento.

Deja que el anillo se enfríe completamente antes dárselo a tu bebé. El agua en el interior puede mantenerse caliente incluso después de que la parte exterior del anillo se sienta fría al tacto.

Esteriliza los anillos llenos de agua con agua fría cuando las instrucciones del embalaje recomienden evitar la esterilización al vapor. La esterilización con agua fría implica sumergir el mordedor en un recipiente con agua fría y una tableta de esterilización, dejando que repose por una cantidad de tiempo necesario antes de retirarlo y enjuagarlo.

Supervisa el mordedor lleno de agua en busca de grietas o fugas antes de devolvérselo a tu hijo. Si ves o sospechas que el anillo puede estar roto, cámbialo por uno nuevo.

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