Ejemplos de padres autoritarios

El padre autoritario está siempre en control.

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Si eres un padre, lo más probable es que estés en una de las cuatro categorías de crianza: permisivo, no involucrado, con autoridad y autoritario. El padre permisivo, el menos exigente del grupo, tiende a ser muy sensible a las necesidades emocionales de su hijo. Esto difiere considerablemente de la del padre no involucrado, que a menudo se desentiende. El padre con autoridad logra un perfecto equilibrio entre la autonomía y la obediencia, lo que genera experiencias positivas en la familia. El último estilo de crianza --el autoritario-- es el más rígido y exigente del grupo y, por desgracia, es el que tiene más probabilidades de crear un niño ansioso. Debido a que el padre autoritario siempre tiene el control, hay pocas posibilidades para que el niño pueda cuestionar expectativas poco razonables. Muchas veces, cuando el hijo de un padre autoritario se atreve a preguntar el porqué la respuesta de los padres es "porque yo lo digo".

"Haz lo que digo, o de lo contrario..."

No debes confundirte: la crianza con autoridad fomenta la discusión entre padre e hijo, el pensamiento independiente y la toma de decisiones, mientras que la crianza autoritaria se basa en el factor del miedo para lograr un resultado deseado. Por ejemplo, si eres un padre autoritario, eres más propenso a indicarle --y no preguntarle-- a tu hijo que realice una tarea específica sin explicación. No hay excusas ni "peros", y la resistencia es castigada. Los padres autoritarios no tienen interés en crear debates con sus hijos. El enfoque es estrictamente de "haz lo que digo, o de lo contrario...". La última parte "o de lo contrario..." invoca miedo en los niños de padres autoritarios.

La obediencia es una virtud

Los padres autoritarios exigen obediencia y creen que para alcanzar un cierto nivel de disciplina es necesario controlar todos los aspectos de la conducta del niño. En esta forma de crianza los hijos, para lograr tener éxito en el hogar, deben cumplir con rigurosidad lo que se les indica. Si eres de los padres autoritarios, probablemente utilices la coerción. Aquellos que amenazan a sus hijos, los castigan físicamente y utilizan tácticas de intimidación son considerados padres autoritarios.

"Te amo, pero..."

En algunos casos, la dureza de la disciplina autoritaria puede provocar que un padre parezca desentendido o insensible. Esto es especialmente cierto cuando el padre deja de demostrar amor como una manera de castigar a un niño desobediente. En tales casos, el padre opta por no responder hasta que se logre el efecto deseado. De hecho, a pesar de tu amor por él, si alguna vez le has dado a tu hijo este tratamiento del silencio en un esfuerzo por conseguir que cumpla tus normas, entonces has utilizado el estilo autoritario de crianza de los hijos.

Las ventajas de ser padres autoritarios

De acuerdo con el departamento de psicología de la Universidad de Idaho, los hijos de padres autoritarios, en general, están mejor que aquellos criados por padres permisivos o no involucrados. El padre permisivo, que puede ser desatento o estar demasiado involucrado, tiende a proporcionar un ambiente de amor, pero la falta de estructura en el estilo de crianza ofreciendo habilidades deficientes en relación a la toma de decisiones, desobediencia y conducta antisocial en un niño. Peor aún, el padre no involucrado es indiferente y, en su mayor parte, desentendido, generando un niño que tiene dificultades para expresar sus emociones y hacer frente a la agresión. En pocas palabras, a los niños de padres autoritarios les resulta más fácil adaptarse al mundo que aquellos que son excesivamente consentidos por sus padres permisivos o descuidados por los padres ausentes.

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