Niños y niveles normales de glucosa en sangre

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La glucosa, o azúcar en sangre, provee al cuerpo de energía, y sus valores son controlados por la insulina. Si el cuerpo no produce suficiente insulina, los niveles de glucosa pueden elevarse peligrosamente, ocasionando diabetes.

Según las autoridades sanitarias de Estados Unidos, aproximadamente el siete por ciento de todos los niños padecen alteración de niveles de glucosa en ayunas, lo que es indicio de prediabetes.

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Los niños con prediabetes tienen mayor tendencia a desarrollar diabetes, pero con cambios en la dieta y ejercicio físico regular, pueden prevenirla.

Además, aproximadamente el dos por ciento de las personas menores de 20 años padecen de diabetes juvenil (Tipo 1).

Niveles normales de glucosa en los niños

Diversos estudios establecen que los niños menores de seis años deberían tener niveles de glucosa en sangre de entre 100 y 180 miligramos por decilitro.

Los niños de entre seis y 12 años deberían tener niveles de entre 90 y 180 miligramos por decilitro mientras que dichos niveles en los adolescentes deberían estar entre 90 y 130 miligramos por decilitro.

Cuando el nivel está por debajo de lo normal en función de la edad y peso del niño, se habla de este sufre una condición de hipoglucemia, o baja azúcar en la sangre.

Los niveles de glucosa normalmente caen luego de comer, en especial cuando la comida es rica en carbohidratos, que van al flujo sanguíneo, en donde la insulina, una hormona natural del cuerpo, ayuda a usar la glucosa como fuente de energía.

Cuando los niveles de glucosa caen, el glucagón, otra hormona producida por el páncreas, le dice al hígado que rompa algo de glucógeno para producir más glucosa, de modo que el cuerpo no se debilite.

Por su parte, si los niveles de azúcar en sangre están por encima de lo normal, se habla de una condición de hiperglucemia.

Esto significa que hay un excedente de glucosa en el torrente sanguíneo y es una condición común entre los diabéticos cuyos cuerpos no pueden producir suficiente insulina para controlar incluso los niveles normales de glucosa.

La hiperglucemia también puede ser experimentado por los no diabéticos cuando han ingerido una cantidad importante de carbohidratos complejos, de productos de azúcar o de alcohol en un corto espacio de tiempo.

Los síntomas de hiperglucemia pueden variar de leves a severos, y abarcan todo, desde la sed excesiva hasta caer en un estado de coma.

Riesgos

Los niños que sistemáticamente presentan un alto nivel de azúcar en sangre corren el riesgo de desarrollar hiperglucemia o diabetes.

Un alto nivel de azúcar en sangre puede producir sed o hambre excesivos, necesidad de orinar con mayor frecuencia, pérdida de peso, fatiga y visión borrosa.

Los niños con niveles bajos pueden presentar problemas de salud subyacentes, como trastornos endocrinos, enfermedades hepáticas o insuficiencia renal.

Un bajo nivel de azúcar, o hipoglucemia, puede producir visión borrosa, visión doble, confusión, hambre, sudoración, palpitaciones cardíacas, temblores y ataques.

Tratamiento

Los cambios en la dieta son el primer paso para controlar la glucosa en sangre del niño. Si no llegara a ser suficiente, será necesaria la prescripción de medicamentos.

La falta de actividad física, además de contribuir a la obesidad, también aumenta el riesgo de hiperglucemia en los niños y adolescentes y por tanto, el riesgo de que desarrollen diabetes de tipo II.

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Cuando se realiza ejercicio o se mantiene una actividad física constante, las células del cuerpo toman de 7 a 20 veces más glucosa de lo que lo hacen estando en reposo.

En la ausencia de ejercicio, la glucosa no se usa, lo que conduce a que permanezca en niveles elevados en la sangre.

ADVERTENCIA: Este artículo no debe considerarse como un equivalente de una consulta médica profesional. Consulte a su médico de confianza ante cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con su salud.

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