Directrices para castigos para los niños

Las sanciones eficaces enseñan a tu niño a distinguir lo que está bien de lo que está mal.

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Castigar a tu niño nunca es agradable. No sólo estás molesto por el comportamiento, sino que además es difícil dictar una consecuencia que vaya a hacer que tu niño se enoje o ponga triste. Parte de tu trabajo como padre es enseñarle a tu hijo a diferenciar el bien del mal, y una disciplina eficaz y una política de castigo son esenciales para lograr con éxito este objetivo. Una comprensión clara de qué se trata el castigo y cuáles son las formas que puede tomar, son el primer paso.

Definición y objeto

Un castigo es consecuencia de mala conducta.

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Un castigo es consecuencia de mala conducta. Hay muchas formas diferentes de castigo desde el aislamiento hasta las nalgadas, pero el objetivo general es el de enseñar a un niño cómo comportarse. Cuando tu hijo recibe un castigo por ciertos comportamientos, aprende muy rápidamente que esos comportamientos son inaceptables. Con el tiempo, también le enseñas a evitar esas conductas en favor de otras más adecuadas. Un aspecto esencial de la pena es la consistencia. En otras palabras, los castigos que en última instancia decides utilizar con tu hijo sólo disuadirán el mal comportamiento si te pones firme cada vez que se porta mal.

Consecuencias como castigo

Cuando tu hijo percibe estas consecuencias naturales y lógicas, se entera de las consecuencias negativas de su comportamiento y se torna más propenso a tomar mejores decisiones en el futuro.

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Las consecuencias naturales y lógicas pueden ser una forma efectiva de enseñar a tu hijo cómo comportarse adecuadamente, de acuerdo con HealthyChildren.org. Si tu hijo quiere tirar la comida en el suelo a la hora de comer, no le llenes el plato. Él aprenderá que si tira su comida en el suelo, va a tener hambre. Cuando tu hijo maltrate a sus juguetes y los rompa, él aprenderá rápidamente que no va a ser capaz de jugar con ellos. Si tu hijo se resiste a tus peticiones para recoger sus cosas, dale una o dos oportunidades, y luego recógelas tu mismo. Ponlas fuera del alcance de tu hijo y hazle saber que él puede tener sus cosas al otro día, cuando esté listo para hacerse cargo de ellas. Cuando tu hijo percibe estas consecuencias naturales y lógicas, se entera de las consecuencias negativas de su comportamiento y se torna más propenso a tomar mejores decisiones en el futuro.

Aislamiento y pérdida de cosas o de privilegios

No le quites cosas que el niño necesita, como la alimentación, pero quítale algo que signifique mucho para él, ya que será más eficaz para disuadir el mal comportamiento futuro.

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Las penas más graves pueden tener un impacto poderoso y positivo en el comportamiento de tu hijo cuando las consecuencias naturales y lógicas no funcionan. El aislamiento funciona bien para los niños entre las edades de 2 y 5, de acuerdo con HealthyChildren.org. Cuando tu hijo se esté portando mal, adviértele que el castigo por el mal comportamiento será un aislamiento. Si no se detiene, quítalo de la situación, siéntalo en un lugar de aislamiento y dile exactamente por qué está sentado allí. Una vez que el aislamiento haya terminado, recuérdale nuevamente de por qué estaba en esa situación y exígele que pida disculpas por su comportamiento. Los niños mayores responden mejor a la pérdida de cosas o privilegios. La pérdida de la televisión o tiempo de videojuegos funciona para algunos niños, mientras que perder la oportunidad de pasar tiempo con los amigos podría funcionar para otros. No le quites cosas que el niño necesita, como la alimentación, pero quítale algo que signifique mucho para el, ya que será más eficaz para disuadir el mal comportamiento futuro.

Castigo físico y nalgadas

Los padres no deben usar nalgadas como una forma de castigo.

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Las nalgadas y otras formas de castigo físico podrían convencer a tu hijo a dejar de hacer lo que está haciendo, pero por lo general no impide el mal comportamiento futuro. De hecho, los castigos físicos pueden hacer que los niños se tornen más agresivos a medida que crecen y muestren mayores conductas antisociales, de acuerdo con la "American Psychological Association". Un artículo publicado denominado "Pediatrics" informa que los niños que recibían azotes antes de los 2 años eran más propensos a tener problemas de conducta en la escuela cuando eran mayores. En vista de estos estudios, y otros similares, la American Academy of Pediatrics ha avanzado tanto como para decir a los padres que no deben usar nalgadas como una forma de castigo.

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