Dosis de citrato de potasio

Escrito por Estefanía Mac ; December 21, 2018

Los cálculos renales son uno de los trastornos más frecuentes de las vías urinarias y su tratamiento tiene múltiples alternativas que dependen de su tamaño y ubicación. Uno de los tratamientos más comunes recetados en una consulta son medicamentos cuyo principio activo es el citrato de potasio, que puede estar bajo diferentes nombres comerciales dependiendo del país.

El tratamiento de cálculos renales con citrato de potasio consiste básicamente en ayudar al cuerpo a expulsar las acumulaciones de calcio y desechos que dan origen a esta enfermedad en el organismo.

Los cálculos renales y su formación

Un cálculo renal se forma cuando el proceso normal de excreción de los riñones se ve afectado. La función del riñón es remover los desechos y líquidos del cuerpo a través de la orina, pero cuando existe demasiada cantidad de desechos y no hay suficientes líquidos en la sangre, estos deshechos se acumulan y forman lo que comúnmente se denominan piedras o cálculos en los riñones.

Estas formaciones sólidas pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o alcanzar un diámetro de más de dos centímetros, y aunque su punto de origen es el riñón pueden viajar a través de los uréteres y fuera del cuerpo con la orina. En algunos casos, dependiendo de su tamaño, pueden quedar atrapadas en el tracto urinario y bloquear el paso de líquidos, produciendo mucho dolor en la persona afectada.

Gracias a la disminución en los procesos metabólicos y a malos hábitos alimenticios prolongados, los cálculos renales afectan a personas de 40 a 60 años de edad, sin embargo, una persona más joven también puede verse afectada. Según el médico Fernando Marchant del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, aproximadamente un 15% de la población entre 25 y 55 años presenta un cálculo renal.

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Citrato de potasio en el tratamiento de cálculos renales

El citrato potásico es la sal potásica del ácido cítrico, se presenta en forma de polvo de color blanco o cristalino, muy soluble en agua y prácticamente insoluble en alcohol. El ácido cítrico es un compuesto que se encuentra de forma natural en el cuerpo humano porque forma parte de las rutas metabólicas, así que se considera seguro, de hecho, aparece en la lista de aditivos de diversos alimentaros ya que se le atribuye una función estabilizadora, reguladora de la acidez y secuestrante.

En el tratamiento de cálculos renales el citrato de potasio ayuda a modificar el pH de la orina, disminuyendo su acidez y contribuyendo a la eliminación de cálculos renales, esto se debe a que el citrato en disolución, es decir, en medio líquido, forma el ión bicarbonato.

El bicarbonato tiene un pH básico, por lo que puede captar protones que serán después expulsados mediante la orina, así que reduce la presencia de partículas en el organismo. Por otro lado, al aumentar el pH de la orina, se ayuda a los riñones a eliminar el ácido úrico, ya que este se solubiliza a un pH de 5,5.

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El citrato de potasio además hace un aporte mineral al organismo. El potasio suministrado por el citrato potásico contribuye a mantener el funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos. Es necesaria la ingesta de cierta cantidad de potasio para que las contracciones musculares tengan lugar de forma correcta y se pueda crear y desarrollar el tejido.

Dosis de citrato de potasio recomendada

Los cálculos renales deben ser tratados exclusivamente por un profesional, pues es el único que puede hacer una valoración completa del paciente y determinar el tipo de cálculo, el tratamiento que se necesita y la duración del mismo.

La dosis de citrato de potasio que normalmente se recomienda en adultos con cálculos renales considerados leves o moderados, es más de 150 mg de citrato al día. El tratamiento podría ser una tableta comprimida que contenga 1,08 g de citrato de potasio (10 mEq), ingerida cada 8 horas, siempre acompañando las comidas.

En casos donde los cálculos renales se consideren severos se recomienda el doble de la dosis anterior, es decir, 2,16 g (20 mEq) cada 8 horas. De igual forma, se acompañará con las comidas o en un plazo de 30 minutos de realizar estas. Es importante resaltar que la dosis límite para el adulto: 10,8 g (100 mEq) por día.

Tipos de cálculos renales

Una persona puede verse afectada por cuatro tipos de cálculos renales:

  • Cálculos de calcio: También conocidos como piedras de calcio, son el tipo más común de las piedras en el riñón. Normalmente son de calcio y oxalato, pero en algunas están hechos de calcio y fosfato.
  • Cálculos de ácido úrico: Se forman cuando la orina es demasiado ácida.  El exceso de ácido úrico puede formar piedras por sí mismo y de igual manera puede hacerlo al reaccionar con calcio.
  • Cálculos de estruvita: Este tipo de piedra se forma como consecuencia de ciertos tipos de infecciones del tracto urinario, más específicamente, cuando las bacterias hacen que el amoniaco, magnesio y fosfato se acumulen en la orina.  
  • Cálculos de cistina: Las piedras de cistina no son casos frecuentes, ocurren en personas que tienen un trastorno genético que causa que la cistina, sustancia química que produce el cuerpo naturalmente, se escape de los riñones en la orina.

Síntomas de los cálculos renales

Los cálculos renales pueden aparecer en cualquier individuo saludable, pero en un tamaño lo suficientemente pequeño para ser expulsado mediante la orina. En estos casos no se necesita de tratamiento, ni de ninguna dosis de citrato de potasio, y la persona puede incluso no notar su presencia.

Por otro lado, un cálculo de mayor tamaño que no pueda moverse fácilmente por el tracto urinario puede ocasionar los siguientes síntomas:

  • Dolor durante la micción
  • Sangre en la orina
  • Dolor agudo en la espalda o el abdomen bajo
  • Náuseas y vómitos

Efectos adversos del citrato de potasio

Como todo tratamiento, los medicamentos con el citrato de potasio como principio activo pueden ocasionar efectos adversos sobre el organismo como molestias digestivas, calambres o dolor abdominal, heces oscuras de color alquitranado, vómitos frecuentes, diarreas, náusea, sensación de llenura y diuresis leve.

Un médico profesional puede ajustar la dosis según el caso y la tolerancia del paciente, además, es el único que puede llevar un control completo de la situación y evitar complicaciones a largo plazo.

ADVERTENCIA: Este artículo no debe considerarse como un equivalente de una consulta médica profesional. Consulte a su médico de confianza ante cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con su salud.

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