Recompensas e incentivos para los pequeños que aprenden a ir al baño

Te esperan muchas calcomanías.

Ryan McVay/Photodisc/Getty Images

Enseñarle a un pequeño a usar el orinal es un proceso largo y estresante para la mayoría de los padres. Si bien no puedes convertir a tu hijo en un experto en el uso del orinal de la noche a la mañana, tienes una ventaja importante de tu lado: los incentivos y las recompensas. Dejar atrás el mundo de los pañales provoca miedo y a veces es muy difícil para un niño. Algunos elementos simples pueden darte la motivación que necesitas para intentarlo.

Calcomanías

Tal vez el incentivo más común para aprender a ir al baño, un gráfico de calcomanías cumple la necesidad del pequeño para visualizar sus éxitos. Un gráfico pegado en el baño a la altura de sus ojos, le recuerda lo que tiene que hacer cada vez que entra en la habitación. Además, verte agregar otra calcomanía al gráfico le dará un sentido de orgullo que deseará experimentar una y otra vez. La pediatra Wendy Sue Swanson, del Hospital de Niños en Seattle, sugiere mantener el gráfico muy sencillo. Divide una hoja de papel en partes que deben llenarse con calcomanías o deja que tu hijo lo diseñe por sí mismo. Escoge calcomanías con los personajes que le gustan y utilízalas sólo para pegarlas en el gráfico. Decidir cómo otorgarle las calcomanías depende de ti. Puedes agregar una a su gráfico cada vez que se sienta en el orinal, o dale una etiqueta al niño cada vez que si logre cumplir con el objetivo.

Equipo para el orinal

Puedes darle nueva ropa interior a tu hijo que aprende a usar el orinal y emocionarlo. La directora del Centro de Cuidado de Niños de la Universidad de Illinois, Karen Stephens, dice que usar ropa interior como un incentivo para tener éxito en el entrenamiento de un pequeño en el uso del orinal es eficaz, porque apela a su deseo de crecer y tener los mismos privilegios que los niños más grandes. Haz un trato para comprarle ropa interior nueva, diciéndole al pequeño algo como: "Te estás convirtiendo en un niño grande que puede escoger su propia ropa interior. Cuando hayas dejado los pañales, usarás esta ropa todo el tiempo, ¡igual que lo hace tu hermano mayor!" Un nuevo asiento para el orinal, decorado con su personaje favorito también puede motivarlo a sentarse en el inodoro al igual que otros miembros de la familia lo hacen. En casa, recuérdale la nueva ropa interior cada vez que quieras que se siente sobre el inodoro y lo use.

Juguetes

Recompensar al pequeño que use el inodoro con una nueva casa de juegos de mamut es una exageración, pero los pequeños juguetes podrían motivarlo a usar el inodoro. Tienes dos opciones para usar a los juguetes de esta manera: puedes condicionarle al niño la compra de un juguete nuevo como premio por ganar un número determinado de calcomanías en su gráfico, o puedes comprarle un nuevo juguete que sólo pueda usar mientras se sienta en el orinal. De esta forma, el niño es motivado a pasar tiempo sentado en el inodoro, porque hay algo especial que hacer ahí. Aunque, usar un juguete de esta manera puede ser eficaz sólo al comienzo del proceso. El Sistema de Salud de la Universidad de Michigan recomienda sentar al niño en el orinal inmediatamente después de comer o beber. En este punto es más probable que el niño vaya, ya que tener un juguete para mantenerlo feliz podría entretenerlo el tiempo suficiente para que esto ocurra.

Recompensas e incentivos: Lo que no debe hacerse

Cada vez que utilizas recompensas e incentivos, corres el riesgo de crear una lucha de poder. Si utilizas recompensas de manera excesiva, tu hijo se centrará completamente en conseguir algo en lugar de aprender a usar el baño. Si sospechas que tu hijo sólo está haciendo intentos poco entusiastas por ir al baño con el fin de obtener algo sólo por tratar, entonces puedes mejorar la recompensa. Explícale que, de ahora en adelante, sólo obtendrá una calcomanía cuando realmente lo haga, o que su juguete de baño puede convertirse en un juguete de todos los días y que sólo va a mirar libros mientras se sienta. Utiliza tu entusiasmo como su motivación, animándolo y elogiándolo por su esfuerzo, de tal forma que asocie al orgullo con la acción de ir al baño. Usar la comida como premio o incentivo para ir al baño puede ser contraproducente, dice HealthyChildren.org. Continúa utilizando las recompensas no comestibles.

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